Alentemos a nuestros familiares y amigos a ser conscientes de la situación y a valorar lo que hoy tenemos: amor de familia.
Por Fabiola Alcas. 19 marzo, 2020.En estos últimos días, hemos sido testigos de la vulnerabilidad y el temor que nos rodea. Nos hemos dado cuenta de que tenemos mucho miedo: miedo al dolor, ya sea propio o de nuestros seres queridos. Tal es el miedo que nos olvidamos de que somos seres racionales capaces de pensar, analizar, discernir y decidir.
Ha sido tan cambiante el anuncio de las indicaciones de nuestras autoridades y sin duda hemos sentido una gran incertidumbre; sin embargo, vale la pena hablar de lo positivo, porque sólo así obtendremos enseñanzas que esperamos (con fe) que generen cambios permanentes, uno de ellos es el tiempo en el hogar.
Normalmente, distribuimos nuestro tiempo entre el trabajo, el trabajo y más trabajo. Esta vez, se nos dio la oportunidad de estar en casa, con los nuestros; especialmente con nuestros hijos. Sin duda, ha llamado la atención los diferentes posts, que resultaron en los estados de WhatsApp y en las distintas redes sociales, acerca de estos momentos en familia. Entonces se pudo identificar algo claro: pasamos muy poco tiempo con nuestros hijos, y valoramos poco el trabajo de las tareas del hogar, es bueno sentirlo; y, sobre todo, vivirlo.
Por otro lado, está el abastecimiento de productos de primera necesidad. Tener más de lo que necesitamos en un día, conlleva a consumirlo con más regularidad, y los chicos en casa, ante la inactividad y la organización que se da en la escuela tienden a consumir sin control. Esta es una buena oportunidad para educar, para enseñar a ser racionales, y para tomar conciencia. Así, los estaremos preparando para circunstancias futuras parecidas que esperemos que sean menos duras que las que estamos viviendo; aunque sabemos que tal como vamos avanzando en el consumo irracional de los recursos esto puede repetirse, sin duda.
Alentemos a nuestros familiares y amigos a ser conscientes de la situación y a valorar lo que hoy tenemos: amor de familia.